PRUEBA

ECUADOR Y LA DÈCADA CORRUPTA

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Por Ignacio Ramos Mancheno, periodista. Riobamba, Ecuador.

El gobierno de Rafael Correa denomina como la “década ganada” a estos 10 años en que la ideología izquierdista, con el velo del “socialismo del siglo XXI”, ha gobernado el país. Gigante es el aparato propagandístico del régimen y en el cual se han invertido millones de dólares para vender a la sociedad una imagen distinta a la realidad.

Al estilo fascista y con una “Ley de Comunicación” que controla, prohíbe, sanciona y multa a medios; y con poderes paralelos que enjuician y sentencian a periodistas y opositores, el Ecuador está en una encrucijada vital al decidir, en las urnas este Domingo, 19 de Febrero, la salvación del país o su hundimiento en un modelo absurdo que es el que ha implantado por el Presidente Correa en el país.

Todo lo vivido por los ecuatorianos ha llegado a límites extremos debido a los altísimos niveles de corrupción registrados. Son más de 100 los casos más importantes y los dos mayores se relacionan con el festín de la bonanza del petróleo y el caso Odebrecht. Estos escándalos han colocado al país en la lista de naciones corruptas y son miles los millones de dólares que fueron a manos de cientos de “socialistas”. Un día, esperamos todos, se hará justicia y los corruptos deberán pagar caro.

Pero, hay que considerar algo fundamental: el periodismo ecuatoriano ha sido golpeado, afectado, perseguido, criticado y dividido. En efecto, el Presidente Correa dijo, en los primeros meses de haber asumido el poder, que el periodismo era el principal enemigo de la revolución ciudadana.

Los hechos lo dicen todo: los medios de comunicación social y los periodistas honestos, han sido el blanco de los ataques del régimen que ha empleado diversidad de mecanismos, estrategias, herramientas y acciones bajas para golpear a quienes se han convertido en voces ciudadanas y esperanza de cambio. Los izquierdosos y su jefe lo planificaron todo desde el principio, pues al tener en sus manos los poderes del Estado, debían atacar, en una lucha sin cuartel, al democrático e indomable periodismo. Evidente, el paso del tiempo demostró que los periodistas resistirían con fuerza, entereza, ética y moral. Lo que sí logró la revolución ciudadana fue corromper a decenas de comunicadores, cuyas conciencias lastimosamente se vendieron por favores, cargos y dinero.

Sus figuras son evidentes en los llamados medios “públicos” que al final no son sino parte del aparato de comunicación del régimen. En esta última campaña, los socialistas de papel han invertido millones de dólares en una desesperada acción que busca salvarles y continuar 4 años más en el poder. Quedó nuevamente evidenciada la forma oscura y corrupta de hacer campaña: gente pagada, campesinos amenazados, funcionarios públicos obligados y militantes asalariados.

Esta vez hasta los vehículos oficiales fueron empleados (con placas cubiertas) para movilizar gobiernistas y los organismos de control no se pronunciaron en lo absoluto. Fue una campaña ofensiva e insultante a la pobreza y crisis económica del país. Cinismo, es otro de los calificativos para describir a los candidatos correistas a dignidades como la de asambleístas.

Parece que ellos viven en otro país, pues desconocen los evidentes hechos de corrupción, se han referido solo a los ataques de la oposición y para ellos todo es injusto, no tiene sustento ni fundamento y este es el gobierno “más honesto de la historia del país”. Y todo lo mencionado en líneas anteriores ha sido denunciado por la prensa honesta, aquella que se ha resistido a ser corrupta y a callar su voz.

La respuesta del régimen a nosotros los periodistas: persecución y amenazas.

Mi vivencia es otra prueba más de que esta cloaca de revolución ciudadana ha perseguido y golpeado, pero no me ha doblegado. En tiempos del ex alcalde Salazar, fiel al gobierno izquierdoso (fue su candidato estrella en Riobamba), bloquearon mi trabajo periodístico en 2 emisoras de la ciudad, así como en la cátedra universitaria en donde yo impartía clases en la Escuela de Comunicación Social; lugar en donde dejé aprobado y publicado el Código de Ética de la carrera. Y en los mañosos concursos de merecimientos y oposición que están diseñados para beneficiar a gobiernistas.

Sin embargo, las redes sociales, son nuestras aliadas y espacios en donde, con ética y responsabilidad, podemos hacer un ejercicio periodístico que aporta con nuestra sociedad y su conciencia. Pero, algo más debía suceder en esta etapa de campaña y vaya que pasó. Por información de personas, con todavía ética a pesar de pertenecer al régimen (pocas personas), me hicieron conocer que dos autoridades gubernamentales de la Provincia de Chimborazo, planifican enjuiciarme por mis denuncias en redes sociales y así ajustar cuentas.

No hay temor en lo absoluto y estamos listos para enfrentarlos, si es que llegan a concretar sus oscuros procedimientos. Redes sociales, las vuelvo en mencionar, porque a través de Facebook, una vez que denuncié púbicamente estas amenazas, he recibido el apoyo de un importante número de personas conscientes de los hechos y que me animan a seguir en esta lucha tan fascinante que solo el periodismo puede dar.

De ellos, hasta un número destacado de abogados se han ofrecido en auspiciar mi defensa. Los comentarios que se han publicado generan confianza en los cambios que merece el país, son un aval para el ejercicio de un periodismo honesto y significan igualmente un rechazo a las acciones corruptas. Avizoramos cambios en el país y en medio de la crisis, una lucha intensa para salir adelante con un nuevo régimen que oriente acciones en bien del Ecuador y que nos permita superar la tan triste “década corrupta” en un ambiente de paz, honestidad y libertad.

Ignacio Ramos Mancheno , periodista riobambeño, Ecuador. Fue corresponsal de Diario "El Comercio", director del Noticiero TV Cable-Riobamba, director de noticieros radiales y catedrático universitario. Investigador histórico.

Publicaciones : Historia del Periodismo en Riobamba 1863-1942 (2011), Código de Ética de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Chimborazo (2012), Señor del Buen Suceso; historia, culto y tradición (primera edición 2014, segunda edición 2016). En investigación el libro de historia del Monasterio de Carmelitas en Riobamba. Ha colaborado en ediciones de libros y publicación de artículos en revistas locales y nacionales.

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